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Por su Patrón, San Lorenzo,
tiene Huesca devoción,
pues Loreto fue su cuna,
templo de fe y oración.
Tierra sagrada es Loreto,
donde nació San Lorenzo.
Su camino al Santuario
es un sendero hacia el cielo.
Y el Patrón, desde la gloria,
con gran amor está siempre
velando por la ciudad
y el alma de los oscenses.
(Mariano y Toño Julve)
Tres elementos imprescindibles
La Basílica de San Lorenzo, el Santuario de Loreto y la Iglesia de San Pedro El Viejo son tres enclaves íntimamente ligados a San Lorenzo, ya que la tradición señala los dos primeros como lugares que el propio San Lorenzo pisó, mientras que el tercero custodió el Santo Grial que San Lorenzo envió a Huesca entre los años 553 y 712. Quien se acerque atraído por la figura del Diácono y Mártir Oscense no puede dejar de visitarlos.
Basílica de San Lorenzo
El templo actual se construyó a lo largo del siglo XVII sobre una primitiva iglesia gótica –hacia 1300- dedicada ya a San Lorenzo. El primitivo templo se ubicó en uno de los barrios fuera de la muralla de la ciudad medieval: “la Alquibla” o Morería, donde la mayor parte de la población era islámica; no obstante, a lo largo de los siglos XII y XIII los cristianos comenzaron a instalarse en él, conviviendo en relativa paz con los musulmanes oscenses.
Se desconoce el autor de este proyecto original del templo, sin embargo, parece claro que se dejó influenciar por el lenguaje arquitectónico del clasicismo escurialense característico del siglo anterior, al mismo tiempo que incorpora elementos decorativos y ornamentales propios del monumento y el estilo barroco que domina el siglo XVII.
Entre los años 2000 y 2005 la Basílica de San Lorenzo es restaurada de manera integral con el fin de preservar su estructura y cubiertas, entonces muy deterioradas. Se restaura la fachada, la torre, las cubiertas, humedades y decoración interior.
La iglesia de San Lorenzo de Huesca ostenta los siguientes títulos: REAL, por las donaciones que, a lo largo de su historia, le otorgaron numerosos monarcas españoles como Jaime I, Jaime II, Fernando el Católico o Felipe II; PARROQUIAL, por ser parroquia de su origen y fundación del barrio o población donde se ubicó; COLEGIAL, por darse en ella desde tiempo inmemorial un Colegio o Capítulo de beneficiados; BASÍLICA, al concederle tal título el Papa León XIII en 1884, como recuerda la lápida colocada en el atrio, y AGREGADA A LA DE SAN JUAN DE LETRÁN (ROMA) desde el siglo XIII.
Texto: Parroquia de San Lorenzo Huesca
Santuario de Loreto
El Santuario de Loreto está a 3 kilómetros de la ciudad de Huesca. Se puede llegar hasta allí andando en un paseo que se prolongará aproximadamente una hora y media (entre la ida y la vuelta). Al llegar al Santuario podremos descansar a la sombra y refrescarnos en la fuente.
El edificio se asienta sobre lo que fuera un antiguo pueblo o villa, llamado Loret y Lauret. La tradición cuenta que sobre el sigllo II, en esta ubicación vivían Santa Paciencia y San Orencio, padres de San Lorenzo y de su hermano San Orencio.
Fue reedificado en 1387 por petición del Papa Clemente VII. Felipe II promovió en Loreto la fundación de un convento de Agustinos Calzados en 1594. El edificio actual, construido por Juan Torres, proviene de 1740 y su fachada herreriana fue concluida por Gabriel Rubio en 1765. Se trata de una construcción mixta de sillería y ladrillo.
En el camino que lleva de Huesca a la ermita de Loreto hay un monumento con una inscripción donde se indica que ese era el lugar en el que, según la tradición, Santa Paciencia esperaba a San Lorenzo y su hermano a su regreso del colegio. La tradición dice que el peregrino que recoja una piedra al inicio del camino y la deposite allí, verá cumplida su plegaria.
Texto: Ayuntamiento de Huesca
San Pedro El Viejo
Como en otros muchos edificios destacados de España, en el solar de San Pedro el Viejo se han ido sucediendo usos significativos partiendo de los restos romanos de su subsuelo que pueden llevar a indicar la existencia de un templo. En los siglos de la Hispania musulmana, alojó la catedral cristiana del obispo de Huesca, cuyo edificio se mantuvo hasta 1118.
Tras la incorporación de la ciudad de Huesca al Reino de Aragón, se aposentó en la antigua seo mozárabe un monasterio benedictino; la gran construcción de sus primeros años es la iglesia, obra románica de planta basilical, a la que sucedieron el claustro con capiteles historiados y otras dependencias. Durante veinte años del siglo XII fue la sede real mas prolongada de toda la Edad Media en España, ya que en él vivió Ramiro II. A su muerte, el monasterio de San Pedro, alojó sus restos convirtiéndose así en Panteón Real. Durante toda la Edad Media fue el templo de más prestigio de la ciudad de Huesca, siendo objeto del favor de los primeros reyes aragoneses. Al finalizar esta se disuelve el monasterio y se constituye como cabeza de un priorato.
En el siglo XVIII, y aún gozando de un gran predicamento en la Ciudad de Huesca, empieza la ruina física del edificio provocada, sobre todo, por actuaciones arquitectónicas (adelgazamiento de los pilares para conseguir mayor amplitud de la nave, ubicación de arcosolios coincidiendo con puntos de desacargas, etc.). Y durante el s. XIX la ruina física estuvo a punto de llevarlo a su desaparición. Tuvo que ser la ciudadanía oscense, que no las instituciones, la que reaccionara para conseguir la declaración de Monumento Nacional lo que implicaba la intervención del estado en la restauración, cosa que ocurrió en los últimos años del s. XIX. Hoy, aunque la parroquia tiene poca población, sigue siendo el templo predilecto de los oscenses.
San Pedro el Viejo de Huesca es un elemento ineludible en toda visita a Huesca y Aragón, ya que sobre todo es Panteón Real, alojando los restos del aludido Ramiro II y de su hermano Alfonso I (que estuvo enterrado en Montearagón hasta el s. XIX). Pero también porque conserva el único claustro historiado románico de Aragón, y uno de los pocos de España que se pueden contemplar dentro de una ciudad.
Texto: Obreros de San Pedro El Viejo (Huesca)