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Por su Patrón, San Lorenzo,
tiene Huesca devoción,
pues Loreto fue su cuna,
templo de fe y oración.
Tierra sagrada es Loreto,
donde nació San Lorenzo.
Su camino al Santuario
es un sendero hacia el cielo.
Y el Patrón, desde la gloria,
con gran amor está siempre
velando por la ciudad
y el alma de los oscenses.
(Mariano y Toño Julve)
Loreto, cuna de San Lorenzo y primer templo del Santo Grial
Foto: Laura Ayerbe
Foto: Laura Ayerbe
Foto: Laura Ayerbe
A pesar de que Huesca parece haberle dado la espalda durante décadas, el Santuario de San Lorenzo de Loreto es la pieza más importante de la identidad oscense y de la tradición laurentina. Insignes antepasados como el Padre Huesca, Federico Balaguer o Ricardo del Arco han ensalzado su presencia y lamentado su abandono.
DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO
La nueva iglesia, que es la que conocemos, tiene tres naves de igual altura, cubiertas con bóvedas vaídas, la central se sitúa a los pies, lugar ocupado por el coro. Los muros y arranques de pilares son de sillares de arenisca. A altura variable según los pilares, la fábrica pasa a ser de ladrillo.
Integrada en la fachada Oeste del conjunto está la portada, formada por doscuerpos superpuestos y frontón superior. Este último descansaba sobre un friso que no ha llegado hasta nosotros. Dos pares de pilastras flanquean los huecos centrales, el de acceso en el cuerpo inferior resuelto bajo arco adintelado, y el del superior, en el que bajo arco de medio punto se sitúa una estatua del santo.
La torre, igualmente integrada en el plano de fachada Oeste, se adosa al coro por su lado Norte. Es de planta cuadrada en sus dos primeros cuerpos, coincidentes en altura con los de la portada. El superior es de planta octogonal. La altura del primer cuerpo coincide con la del alero perimetral del resto del edificio.
El programa del convento se desarrollaba en torno a un patio central. En su perímetro se organizaban las dependencias en dos pisos abiertos al patio mediante claustros. En el lado este y en el sótano se ubicaba la bodega. El convento se adosaría a una iglesia ya existente, probablemente de estilo gótico y de dimensiones y situación parecidas a las de la actual, de forma que la iglesia quedase, aunque sólo aproximadamente, perpendicular y su cabecera en posición centrada respecto al lado oeste del patio.
REFERENCIAS DOCUMENTALES
Antonio Durán Gudiol, archivero de la Catedral de Huesca durante la segunda mitad del siglo XX, relata las referencias documentales en su artículo “Los moriscos de Puibolea y el Convento de Loreto”, que resume perfectamente la tradición e historia del mismo:
“En término municipal de Huesca, cerca de la ciudad, se encuentran el Santuario y la alberca de Loreto, donde hubo una población medieval, cuya primera mención documental es de septiembre de 1101, fecha en que Íñigo Fortuñones donó a Fortuño Garcés unos campos en Loreto que habían pertenecido al musulmán Abinxarach. En el reparto territorial entre las jurisdicciones del Obispado de Huesca y la abadía de Montearagón en 1103, la villa de Loreto fue asignada al monasterio altoaragonés. El señorío temporal correspondió a la milicia del Temple, que tenía en Loreto una encomienda en 1261.
Según la tradición los santos Orencio y Paciencia, padres del Mártir San Lorenzo, tuvieron casa en Loreto. Inducido probablemente por esa creencia, el rey Felipe II de España decidió convertir la antigua iglesia de este lugar en convento de agustinos calzados, para cuya fundación pidió al papa Gregorio XIII que aplicara 300 escudos de las rentas del priorato de Bolea, desmembrado del abadiado montearagonés. Accedió el pontífice en bula fechada en San Pedro de Roma el 25 de febrero de 1575. Los frailes de la nueva fundación se posesionaron de la iglesia de Loreto el 8 de diciembre de 1583. Dos años después, en las Cortes de Monzón, el mismo monarca entregó al escritor fray Pedro Malón de Chaide, prior del convento y catedrático de la Universidad de Huesca, el proyecto del nuevo edificio y mil libras, el empleo de las cuales fue motivo de desconfianza y retrasó el inicio de las obras.
La denominación oficial de éste, según la bula de Gregorio XIII, fue Domus Beate Marie Oscensis ordinis Heremitarium Sancti Augustini. No obstante, como advierte el Padre Ramón de Huesca, tanto la iglesia medieval como la moderna, que no se terminó hasta 1777, estaban dedicadas a San Lorenzo, cuya imagen presidía el altar mayor. Por la igualdad de los topónimos, en uno de los altares laterales se veneraba el milagro de la Casa de la Virgen trasladada de Palestina a la ciudad italiana de Loreto”.
El Santuario fue expropiado con motivo de la desamortización en el año 1835, pasando a manos particulares. Tras una serie de avatares, la Diócesis de Huesca recuperó la titularidad del templo, siendo el resto propiedad privada. Lo que se conoce como casa abadía fue cedido al Ayuntamiento de Huesca en los años 90.
EL SANTO GRIAL, EN HUESCA
Según la tradición, el cáliz empleado por Jesucristo en la Última Cena fue conservado por el apóstol San Pedro, que lo llevó a Antioquía y después a Roma, donde sería usada por los primeros Papas para celebrar la Eucaristía. Se cree que en torno al año 258 el Papa Sixto II al ser detenido, encargó a su diácono San Lorenzo proteger la reliquia de la codicia del emperador romano Valeriano. San Lorenzo la habría mandado enviar a Hispania, de donde era natural, y allí habría permanecido hasta el día de hoy si bien en distintos lugares a causa de las guerras y los peligros que lo acecharon a lo largo de los siglos. La casa construida en lo que hoy es el Santuario de Loreto fue su primer receptáculo.
UN ABANDONO PROLONGADO
La actuación en los años 80 y 90, con el decidido empuje del entonces alcalde de Huesca, Enrique Sánchez Carrasco, ha evitado el derrumbe del edificio, no así el peligro de ruina por la inacción de los 60 años anteriores y los 20 posteriores en un edificio seriamente castigado en la Guerra Civil Española. Aún así, Loreto resiste y es obligación de la ciudad de Huesca y de la propiedad del edificio acudir en su auxilio. De lo contrario, se perderá para siempre el lugar que da sentido a toda la devoción a San Lorenzo, en Huesca y en todo el mundo.